Esta doble entrada en realidad es una sola, porque el jueves no tuvimos clase, pero el martes si. En la clase del martes de filosofía comentamos la última gran noticia sucedida en los últimos días, la muerte de Nelson Mandela, pero no la própia noticia en sí, sino la gran cantidad de admiradores hacia él y hacia sus actos que salieron a la luz tras su fallecimiento, sobre todo en las redes sociales. Pero, ¿qué es admirar? Admirar es tener en gran estima a una persona o cosa por lo extraordinario de sus cualidades. Entonces Merino nos hizo la pregunta: ¿A quién admiráis?. Unos respondieron que algún personaje célebre, por sus actos, por su filosofía, por lo que consiguió en la vida, por la situación en la que se encuentra ahora o por toda su trayectoria... Pero también bastantes respondieron que admiraban a su padre, a su madre o a ambos, por todo lo que hicieron por nosotros y por lo que hacen, por aguantarnos, por cuidarnos, por enseñarnos muchas cosas de las que sabemos, por darnos todo lo que tenemos, por educarnos... Creo que podemos admirar a personajes famosos por lo que hacen, pero la verdadera admiración la sentimos hacia esas personas que hicieron y hacen posible lo que somos actualmente. Esa admiración nos hace intentar siempre ser como esas personas a las que admiramos y a alcanzar objetivos que estas ya alcanzaron, lo que no nos convierte en mejores personas, sino en prototipos de mejores personas, siempre y cuando nuestro admirado lo sea.
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