El martes vimos un fragmento de un programa/debate de la 2 donde tratan temas de actualidad, en este caso era la adicción a los móviles, y después de esto el jueves comentamos un poco el tema en clase. Para mi existen distintos grados de adicción al móvil, el extremo, donde sufres cuando te quedas sin batería, cuando no puedes pasar 5 minutos sin revisar whatsapp, twitter o instagram, cuando sientes la necesidad de coger el móvil aunque estés muy ocupado y tengas muchas cosas que hacer, este tipo de adicción es la preocupante y la que se debe tratar y buscar una solución rápidamente, aquí es cuando aparece el mono y la dependencia al móvil. Después existe una adicción suave, que es la que tiene la mayoría de la gente, que usa el móvil en momentos de aburrimiento, o lo consulta durante el día pero con menor frecuencia. Se pueden dar distintas causas que provoquen este problema, la adicción a los juegos, que podría tratarse de una ludopatía, aunque no sólo sean juegos de azar, y a las redes sociales, que son mayoritariamente las causantes. En muchos casos, la adicción no es propiamente dicha a la red social, sino a la personas o personas con las que te conecta, este es el caso del whatsapp, o cualquier otra aplicación de mensajería instantánea. Mirándolo por un lado es algo genial, porque puedes estar en contacto en todo momento con personas que se encuentran en el otro extremo de España, o del mundo, quedar con tus amigos de una forma rápida y todo en segundos. El problema es cuando se abusa, cuando estas todo el día, cuando aparece la adicción, porque aunque sepamos que al otro lado está una persona a la que queremos, en realidad lo que tenemos delante es un simple aparato. ¿De verdad tenemos que estar con el móvil mientras salimos con los amigos, mientras trabajamos, mientras estamos ocupados? El uso del móvil es un avance, nos ayuda a echar un poco menos de menos a algunas personas con las que no podemos estar cara a cara, porque están en otro sitio de la ciudad, porque no puedes estar en ese momento con ella, o simplemente porque viven a cientos de kilómetros; lo que no se puede es prestar más atención al aparato, sea quién sea la persona que esté detrás de él, que a alguien de carne y hueso con la que estés al lado.
Correcto, sumamente correcto...Voy a tener que mandarte que hagas una exposición oral en clase, porque apenas conozco tu voz (mientras que hay otras con las que hasta tengo pesadillas)
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